¿Cómo podemos fomentar la autoestima de nuestros alumnos/as?
- Mostrando un rostro amable y haciendo ver que se les acepta.
- Haciéndoles notar que nos sentimos a gusto con ellos/as.
- Elogiando de manera concreta (“Me gusta como has usado los colores en este dibujo, sobre todo la combinación del rojo y el azul”).
- Haciendo saber cuando sus comportamientos están teniendo un efecto positivo sobre los demás.
- Compartiendo con ellos/as nuestros sentimientos y el porqué de nuestros enfados y/o alegrías.
- Evitando interrogar a los niños/as tímidos/as. Mientras no se logre su confianza, habrá que conformarse con que nos escuchen o nos respondan con monosílabos.
- Animando a expresar ideas diferentes a las nuestras.
- Permitiendo en la medida de lo posible que hagan las cosas a su manera, sin pisotear los derechos de nadie.
- No ridiculizando ni avergonzando.
- Tratando de que se enfrenten a sus responsabilidades.
- Procurando plantearles las actividades de forma que obtengan éxitos.
- Compartiendo con ellos/as nuestras creencias ya que para ellos/as, somos un referente muy importante y así les ayudamos al entendimiento del mundo que les rodea.
- Ayudando a plantearse objetivos razonables y alcanzables.
Dejándoles claro que es lo que se espera de ellos/as.
Además se han diseñado diferentes actividades específicas encaminadas al desarrollo de la autoestima en los más pequeños, tales como:
1. LA CAJA MÁGICA
Materiales: una cajita con un espejo dentro que haga que quien la abra y mire en su interior, vea reflejada su cara.
Desarrollo de la actividad: El tutor/a dice: “Tengo una caja mágica. Dentro de ella está la cara de la persona más importante del mundo. ¿Quién creéis que es?
Se establece una lluvia de ideas sobre quien creen los alumnos/as que es la persona más importante del mundo. Cuando terminan, el tutor/a les ofrece la caja uno a uno. Todos los alumnos/as deben mirar lo que hay dentro y volver a cerrarla, pero sin decir lo que hay a los demás (han de guardarlo en secreto). Solo cuando todos/as han visto reflejado su rostro en la caja, se establece un debate grupal acerca de la persona especial que vieron dentro de la caja, en qué era especial, cuales son sus principales cualidades…etc.
2. EL JUEGO DE LA SILLA
Materiales: una silla del aula.
Desarrollo de la actividad: El tutor/a coloca una silla enfrente del grupo y explica el juego. Les dice que todos los alumnos/as, uno a uno, se van a sentar en ella y todos los compañeros/as de su clase le van a decir algo positivo, muy concreto: “Tienes un color de pelo muy bonito”, “Me gusta como vistes”…. A modo de ejemplo, puede empezar el tutor/a sentándose en la silla y pidiendo uno a uno que les digan algo que les guste de él/ella, cualquier característica sirve, siempre que sea positiva: el color del pelo, la voz, los pendientes, la risa, la forma de hablar…
Los/as que se sientan en la silla no pueden comentar nada, solo escuchar lo que dicen sus compañeros/as.
Después se establece un debate con el objetivo de hacer ver que todos/as tenemos cosas positivas, que a todos/as nos gusta sentirnos aceptados/as y queridos/as por los demás, y que es bueno decir a los demás, siempre con sinceridad, aquello que nos gusta y que nos parece positivo, bien de su aspecto o bien de su forma de ser, dejando claro que es la forma de ser de las personas lo fundamental, y que siempre podemos hacer algo por cuidar nuestro aspecto físico a través de una buena higiene, una buena alimentación, etc.
Esta actividad solemos realizarla cada mañana en la asamblea. El encargado del día realiza su propio dibujo en la pizarra portátil y escribe su nombre, sentado en la silla de encargado, va escuchando uno a una las alabanzas de sus compañeros y compañeras. Finalizamos esta actividad dándole un gran aplauso a dicho encargado y haciendo hincapié en lo especial que es y en cuánto lo queremos.
LECTURA EN FAMILIA
EL ELEFANTE ENCADENADO
Cuando yo era pequeño me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de ellos eran los animales. Me llamaba especialmente la atención el elefante que, como más tarde supe era también el animal preferido de otros niños. Durante la función, la enorme bestia hacía gala de un tamaño, un peso y una fuerza descomunales...Pero después de la actuación y hasta poco antes de volver al escenario, el elefante siempre permanecía atado a una pequeña estaca clavada en el suelo con una cadena que aprisionaba sus patas. Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en el suelo. Y aunque la madera era gruesa y poderosa, me parecía obvio que un animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su fuerza, podría liberarse con facilidad de la estaca y huir. El misterio sigue pareciéndome evidente.
¿Qué lo sujeta entonces?
¿Por qué no huye?
Cuando era niño, yo todavía confiaba en la sabiduría de los mayores. Pregunté entonces por el misterio del elefante...Alguno de ellos me explicó que el elefante no huía porque estaba amaestrado.
Hice entonces la pregunta obvia:"Si está amaestrado, ¿por qué lo encadenan?".
No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente.
Con el tiempo me olvidé del misterio del elefante y la estaca...
Hace algunos años, descubrí que, por suerte para mí, alguien había sido lo suficientemente sabio como para encontrar la respuesta:
"El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy, muy pequeño".
Cerré los ojos e imaginé al indefenso elefante recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse.Y, a pesar de sus esfuerzos, no lo consiguió, porque aquella estaca era demasiado dura para él.
Imaginé que se dormía agotado y al día siguiente lo volvía a intentar, y al otro día y al otro...Hasta que, un día, un día terrible para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino.
Ese elefante enorme y poderoso que vemos en el circo no escapa porque, pobre, cree que no puede.
Tiene grabado el recuerdo de la impotencia que sintió poco después de nacer.
Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese recuerdo.
Jamás, jamás intentó volver a poner a prueba su fuerza.
Todos somos un poco como el elefante del circo: vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad.
Vivimos pensando que "no podemos" hacer montones de cosas, simplemente porque una vez, hace tiempo lo intentamos y no lo conseguimos.
Hicimos entonces lo mismo que el elefante, y grabamos en nuestra memoria este mensaje: No puedo, no puedo y nunca podré.
Hemos crecido llevando este mensaje que nos impusimos a nosotros mismos y por eso nunca más
Volvimos a intentar liberarnos de la estaca.
Cuando, a veces, sentimos los grilletes y hacemos sonar las cadenas, miramos de reojo la estaca y
Pensamos:"No puedo y nunca podré".
Esto es lo que te pasa, vives condicionado por el recuerdo de una persona que ya no existe en ti, que no pudo.
Tu única manera de saber si puedes es intentarlo de nuevo poniendo en ello todo tu corazón...¡¡¡Todo tu corazón!!!.
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